Reflexione: La obtención
de fibras sintéticas como el kevlar requiere el uso de altas
temperaturas y disolventes orgánicos. La araña, por el contrario,
produce seda a temperatura ambiente utilizando agua como disolvente.
Además, la seda dragline posee mayor resistencia que el kevlar.
Una telaraña de este hilo ampliada al tamaño de un campo de fútbol
podría detener a un jumbo en pleno vuelo.
No es de extrañar que la
resistencia de esta sustancia haya despertado tanto el interés de los
investigadores. Aimee Cunningham escribe en la revista Science News
que “los científicos sueñan con explotar dicha propiedad en artículos
que van desde chalecos antibalas hasta cables de suspensión para
puentes”.
Pero copiar esta fibra natural
no resulta nada fácil, pues su fabricación tiene lugar dentro del cuerpo
de la araña y el proceso aún no se comprende a la perfección. “El hecho
de que haya tantos cerebros en el mundo intentando reproducir lo que
las arañas hacen naturalmente en el sótano de nuestras casas nos hace
conscientes de nuestra pequeñez”.